En mi último artículo, hice una breve reflexión sobre los riesgos a los que nos enfrentamos si no aceptamos que el desarrollo de la inteligencia artificial está creando una “criatura” compleja y misteriosa que aún no estamos preparados para entender en toda su magnitud.
Pues bien, justo ayer — y como si el algoritmo me estuviera espiando (que lo está) — me llegaron un par de gráficosque van en esta misma línea y que merece la pena ojear.
El primero es de un un estudio realizado por la empresa Graphite que muestra el porcentaje de artículos escritos en Internet por humanos Vs a los creados por inteligencia artificial. El gráfico lo dice todo: el contenido generado por IA pasó de aproximadamente ser el 5 % en 2020 al 52 % en mayo de 2025 (y las proyecciones que hacen lo llevan al 90 % para 2026).

Al final es simple cuestión darwiniana. Como decía en mi último artículo: lo más productivo acaba desplazando a lo menos productivo.
Piensa que el coste de escribir un artículo por un humano podría estar en un orden de 50, 100, 200 dólares, si tomamos como referencia las tarifas de algunos freelance, mientras que el coste de la IA podría representar apenas los 0,01 dólares (según Graphite) y unas cuatro veces inferior al coste del humano, si nos basamos en un estudio similar realizado por la web de ahrefs.com
El gráfico refleja dos tipos de problemas. El primero es de corte técnico y afecta sólo a los modelos de IA. Se le llama problema, o riesgo, “de colapso” y es el que aparece cuando la IA empieza a ser entrenada mayoritariamente con su propio contenido. Es decir, los datos que la IA escupe hoy se convierten en los datos de entrenamiento que le dan de comer mañana. Esto provoca que, a la larga, la tendencia sea ofrecer peores resultados, peores respuestas1 (más superficiales, menos creativas, menos innovadoras...)
Pero el riesgo que a mi me asusta de verdad es el que nos afecta a nosotros, a los seres humanos. ¿Qué coño nos está pasando? ¿Somos gilipollas? si cada vez ejercitamos menos el intelecto porque la IA hace el tabajo mejor que nosotros, ¿qué papel vamos a jugar en el futuro?
Frente a este riesgo, veo tres posibles escenarios (que no tienen porqué ser excluyentes). El primero sería el transhumanismo, es decir, que los humanos nos fusionáramos con la tecnología para convirtiendo en súper hombres. El segundo, que tuviéramos un papel supervisor de la IA aportando atributos que ella jamás podrían llegar a tener, como la empatía, la improvisación, la capacidad social, etc. Y la tercera, que nos dedicáramos al esparcimiento, al ocio… a tocarnos los huevos mientras que las máquinas lo hacen todo.
Estas tres opciones están muy bien siempre y cuándo no supongamos una amenaza para las máquinas. Si les molestamos, estamos jodidos. Y este escenario es precisamente es el que se visualiza en el segundo gráfico que os quería compartir en este artículo.
También es un gráfico desconcertante. Más aún, diría yo, si tenemos en cuenta que lo publica la Reserva Federal de los Estados Unidos. Poca broma. Lo hace en un articulo publicado este verano en el que habla del posible crecimiento que podría tener la economía en los próximos años en función del impacto de la inteligencia artificial.
Mira el gráfico y, en especial, la línea morada, la que cae pa’bajo.

Lo que vemos, en concreto, es la evolución del PIB per capita desde el año 1870 hasta el 2024 y la proyección a futuro bajo cuatro escenarios en función del impacto de la IA en nuestras vidas.
El primer escenario es continuista (línea naranja). Aquí, la IA sería otra tecnología más, como tantas otras que hubo en el pasado, y nos ayudaría a mantener una tasa de crecimiento del PIB en línea con el promedio histórico, que es del 1,9%.
El segundo escenario plantea un aumento de esta tasa de crecimiento de 0,3 puntos sobre ese promedio. Es la línea verdey, como ves, casi se solapa con la naranja. La diferencia no es extraordinaria.
Son el tercer y cuarto escenario las divertidas, porque son las que plasman las consecuencias extremas. En ambos casos, implicaría alcanzar la temida y esperada singularidad donde las máquinas superarían al hombre en todos los aspectos. En su versión benigna (la línea granate), la economía alcanzaría tasas de súper crecimiento acelerado con unas consecuencias extraordinariamente positivas para la sociedad que aún no somos capaces ni de imaginar. Sin embargo, en la versión pesimista (la línea morada), la singularidad nos destruye, y a una velocidad igual de extraordinaria.
El estudio no asigna probabilidad de ocurrencia a ninguno de estos escenarios, pero plantea que el escenario “más razonable” sería el segundo, el que asigna un impacto de la IA moderado que implique un aumento de la tasa de crecimiento de 0,3 puntos.
Ahora bien, ¿realmente tú crees que ese es escenario más probable?
Sinceramente, yo no tengo ni idea de lo que va a pasar, pero plantear que el impacto de la IA apenas producirá un aumento de 0,3 puntos es minusvalorar la magnitud de los cambios que están por venir.
En mi opinión, estamos mucho más cerca de vivir un escenario tres o cuatro. Es decir, o la saquemos del estadio con la IA o nos vamos al garete. O conquistamos el universo o ardemos en el infierno.
Todo o nada.
Cara o cruz.
Bajo esta mirada binaria del futuro, yo me pregunto ahora como inversor…
¿Y por qué no hacer “all in” a las empresas que vayan a liderar esta revolución tecnológica que está por venir?
Si sale bien, nos forramos. Si sale mal, total, todos muertos.
Esto se podría plasmar de muchas maneras: desde invertiendo en un indice de capitalización bursátil como el SP500, bajo el argumento de que las empresas tecnológicas que lideren el crecimiento terminarán siendo las de mayor capitalización, hasta apostar por un Nasdaq o por ETFs temáticos de tecnología e inteligencia artificial como los siguientes:
WisdomTree Artificial Intelligence UCITS ETF USD Acc
Este ETF busca replicar el índice Nasdaq CTA Artificial Intelligence, que agrupa compañías globales con una exposición significativa al desarrollo y aplicación de inteligencia artificial. Algunas de sus posiciones son NVIDIA, AMD, SK hynix, NXP Semiconductors, Amazon.com, Micron Technology, Microsoft, QUALCOMM, Alphabet.
TER: 0,40% | ISIN: IE00BDVPNG13 | Ticker: INTL
WisdomTree Artificial Intelligence and Innovation Fund
Esencialmente como el anterior. Trata de capturar el crecimiento estructural del megatendencia de la inteligencia artificial y la innovación tecnológica a escala global. Su enfoque es pasivo y de réplica física, buscando ofrecer una exposición diversificada a múltiples sectores —como software, semiconductores, robótica o automatización— que impulsan la revolución de la IA. Algunas de las empresas que incluye son Alphabet, Broadcom, NVIDIA, Microsoft, Meta Platforms, SoftBank, Oracle, SK hynix, Marvell o Palantir Technologies.
TER: 0,4% | Ticker: WTAI
Global X Artfcl Intlgc & Tech ETF
Busca replicar el rendimiento de empresas líderes en inteligencia artificial (IA), big data y tecnologías relacionadas. Cotiza en el NASDAQ bajo el ticker AIQ y ofrece exposición diversificada a compañías globales que impulsan el desarrollo y adopción de la IA, tanto a nivel de hardware como de software. Alguna de sus empresas son: Advanced Micro Devices, Samsung, Alibaba, Alphabet, Oracle, Tesla, Taiwan Semiconductor Manufacturing, Broadcom, Apple o Palantir.
TER: 0,68% | Ticker: AIQ
First Trust Nasdaq Artificial Intelligence and Robotics ETF
Busca replicar el rendimiento del Nasdaq CTA Artificial Intelligence and Robotics Index. Fue lanzado el 21 de febrero de 2018 y tiene un estilo de inversión growth enfocado en empresas medianas dentro de los sectores de inteligencia artificial y robótica. Alguna de sus posiciones son PROS Holdings, AeroVironment, BigBear.ai Holdings, SoundHound AI, UiPath, Palantir, IBM, QinetiQ Group, Symbotic o AutoStore Holdings.
TER: 0,65% | Ticker: ROBT
Global X Robotics and Artificial Intelligence ETF
Réplica al Global Robotics & Artificial Intelligence Thematic Index. Busca, por lo tanto, exposición a compañías a nivel mundial que se benefician del incremento en la adopción y utilización de la robótica y la inteligencia artificial a través de empresas que desarrollan o utilizan robots, sistemas de automatización e inteligencia artificial en industrias como manufactura, salud y transporte, incluyendo vehículos autónomos y reconocimiento de imagen y voz. Alguna de sus posiciones son NVIDIA, ABB, Fanuc Corp, Keyence, Intuitive Surgical, Daifuku, AeroVironment, SMC Corp, Pegasystems Inc o Dynatrace.
TER: 0,68% | Ticker: BOTZ
Probablemente existan muchos mas. Si los conoces, por favor, compártelos en comentarios. Así, el resto de lectores se puedan beneficiar .
La pregunta, entonces, es, ¿y qué hacemos ? ¿Hipotecamos la casa, los abuelos y los niños, y hacer un “all in” en alguno de estos ETFs?
Tendría sentido. Ahora bien, da “yuyu”, no lo voy a negar. Además, aun pudiendo tener razón, el timing lo podemos fallar. No sabemos exactamente cuánto tardarán los cambios en materializarse. El escenario híper optimista es compatible con sufrir a corto plazo, periodos correctivos o incluso de recesión.
Pero la idea está ahí, y veo razonable dedicar, al menos, una parte de nuestro capital para invertir en estas temáticas. Incluso en los escenarios conservadores ganaríamos dinero, y parece raro que el desarrollo tecnológico y la IA no estén el núcleo del crecimiento de los próximos años.
En todo caso, y ya para concluir, resulta llamativo que una institución como la Reserva Federal de los Estados Unidos plantee, como hipótesis plausible, la extinción de la humanidad. ¿Será porque este asunto no es baladí?
La versión pesimista de la FED no es una broma; es una señal que nos alerta que el monstruo lo tenemos enfrente, y depende de nosotros mirarle a la cara, entenderlo, y encontrar una manera de domarla para poder vivir juntos.
Estos problemas se están tratando de solucionar con sistemas denominados SIMS (“Self-Improving Diffusion Models with Synthetic Data”) que básicamente lo que tratan es de detectar los inputs de datos generados por IA y descartarlos en favor de los que genuinamente los hayan generado humanos.
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